Entrevisto al fundador de Filantrópico, empresa social que vende café
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Hoy entrevisto a Javier Sanz Martín, fundador de una empresa social cuya actividad podemos ver en filantropico.es.
Se trata de un proyecto de llevar el café especialidad a nuestras papilas gustativas con un proceso cuidado desde el cultivo del café hasta que nos hacemos esa infusión de café, ese café expreso, o como cada uno se lo prepare.
Vamos a aprender sobre gestión de empresas sociales, y sobre cómo explotar un determinado modelo de negocio en un mercado competido.
El proyecto comienza con cultivo de café sostenible en Mexico, con el desarrollo de productores locales dando la oportunidad a agricultores de allí de ganarse la vida de forma adecuada y sostenible cultivando un café muy especial que después es tratado con delicadeza hasta que llega a nosotros.
Quiero que Javier nos cuente tres cosas.
Por un lado, la gestión de una empresa sin ánimo de lucro. ¿Cómo se compagina una sociedad limitada con ser una entidad mercantil sin ánimo de lucro?
Por otro lado, cómo es la gestión de personas en Mexico y el proyecto de integración y desarrollo social local de los cafeteros.
Y en tercer lugar quiero que nos cuente qué es el café especialidad y cómo trata Filantropico el café para traernos la mejor experiencia para los muy cafeteros.
Para ponernos en contexto, Javier nos dice lo siguiente
Cada día en España se consumen más de 60 millones de tazas de café. Eso son más de 22.000 millones de tazas cada año, solo en España.
¿Podemos hacer que las tazas que tomamos a diario sirvan para mejorar la vida de los más desfavorecidos? ¿Podemos evitar que nuestras tazas de café provoquen importantes daños al planeta?
Filantrópico nace para proponer una respuesta afirmativa a esas dos preguntas y que nuestras tazas de café cuiden de los demás y cuiden del planeta.
La propuesta de Filantrópico es 360º y se asienta sobre tres pilares: la generación de impacto social, el cuidado del planeta y la calidad del café
La primera pregunta es obligada, ¿cómo se te ocurre meterte en algo tan complejo y competido como el mundo del café?
Durante 15 años he ejercido como abogado especializado en Derecho Sanitario y del Seguro. Como siempre he llevado dentro el gusanillo de emprender, con 40 años decidí dejar el puesto de directivo que tenía en una multinacional del sector sanitario y desarrollar un proyecto propio.
Iterando me di cuenta de que tenía sentido desarrollar un proyecto en el mundo del café. Es una bebida de consumo masivo, así que no hay que crear el mercado. Y es una bebida muy poco diferenciada en el que entendía que había hueco para crear una marca sólida que apelara a valores y convicciones personales en lugar de intentar diferenciarse por cómo cae la gotita sobre la crema. Al principio la idea era donar una parte de los beneficios para devolver a la sociedad parte de lo que nos ha dado. Pero un día, mi amigo Borja, la otra persona que inició este proyecto, planteó una cuestión interesante. ¿Y si lo hacemos 100 % sin ánimo de lucro? ¿Y si la empresa se centra en el bien común y nos olvidamos por completo de eso de hacernos ricos? De forma inmediata le dije que no. Que no lo arriesgábamos todo y renunciábamos a tantas cosas para, al final, quedarnos sin nada. Pero la idea ya había calado en mí. A las pocas semanas le dije que tenía razón y que si de verdad renunciábamos a cosas y nos arriesgábamos e íbamos a invertir todo nuestro patrimonio, nuestra energía y nuestro tiempo, tenía que ser por algo con sentido y eso no era hacernos ricos. Así surgió Filantrópico. Desde ese momento la toma de decisiones ha sido relativamente simple. En cada momento la pregunta es ¿cómo maximizamos el impacto social y somos más sostenibles? Que traducido para entendernos viene a ser ¿cómo cuidamos de los demás, especialmente de los más vulnerables, al mismo tiempo que cuidamos al máximo del planeta?
Una sociedad mercantil sin ánimo de lucro. ¿qué dice la administración al respecto y qué implicaciones tiene a efectos fiscales, etc.?
Es lo peor de los dos mundos, pero para nosotros tiene todo el sentido del mundo. Lo peor del mundo social, porque no recibimos ayudas públicas, pues estas se reservan a fundaciones y asociaciones. Lo peor del mundo mercantil, porque la gran mayoría de los inversores corren cuando pronunciamos "sin ánimo de lucro". Pero tiene todo el sentido del mundo para lo que hacemos y queremos hacer. Queremos desarrollar un modelo de negocio, capitalista, que compita en el mercado de tú a tú con los demás actores. Un modelo rentable, que escale. Pero ese modelo tiene como finalidad el bien común. Siempre enfocado a crear oportunidades laborales y maximizar el beneficio para los que lo tienen más complicado y siempre poniendo la sostenibilidad a otro nivel. Las personas y el planeta en el centro de todo, como los únicos stakeholders. Parece ser que a esto ahora lo llaman capitalismo consciente.
De momento la Administración en España no tiene una respuesta para este fenómeno. Por la puerta de atrás se coló una disposición adicional en la Ley de creación y crecimiento de empresas reconociendo las sociedades de beneficio e interés común. Un año después, en la práctica, no ha cambiado nada porque no existe un reglamento que desarrolle la norma.
Cuéntanos qué es el café especialidad, qué se considera café especialidad, y cómo podemos distinguirlo en un supermercado, si es que este tipo de café está presente en un supermercado.
El café de especialidad se diferencia del comercial principalmente en la selección. Son cafés más y mejor seleccionados lo que implica que la gran mayoría de los granos son de gran calidad y están en condiciones idóneas. En la practica la diferencia es que los cafés de especialidad son aquellos que, una vez tostados, son catados por baristas acreditados en el protocolo SCA (Specialty Coffee Association) y obtienen una puntuación superior a 80 puntos en una cata de 10 atributos que se puntúan de 0 a 10 cada uno. Tengamos en cuenta que habitualmente hablamos de cafés de entre 82 y 90 puntos, siendo los cafés de puntuaciones cercanas a esa marca pocos y excepcionales.
Como nosotros trabajamos con pequeños caficultores que cosechan y seleccionan a mano los cafés cultivados en sombra en ecosistemas privilegiados, nuestros cafés superan los 82 puntos de cata, es decir, son café de especialidad.
El proyecto de Filantrópico: Por qué México, cómo gestionas toda la cadena de valor desde allí hasta que sirves el café a los bebedores de café en España.
Siendo españoles tiene sentido que el café provenga de Latinoamérica. Por los vínculos culturales. Y porque hay fletes marítimos directos y eso disminuye la huella de carbono final.
Trabajamos con Ethichub, una empresa de crowdlending que financia de forma asequible a los pequeños caficultores de Chiapas. Ellos tienen capilaridad y experiencia y nos garantizan que el café sea de cultivo en sombra y que genera el impacto social que nosotros buscamos.
El café nos llega en verde a España. Nosotros lo tostamos en Madrid. Ha sido clave internalizar la función porque nos ha permitido tener completo control sobre el resultado final en taza. De hecho, ahora estoy haciendo mis pinitos porque también tuesto algunos lotes personalmente.
Una vez tostado, nuestros equipos de operaciones lo distribuyen a todos los clientes. Nuestro equipo de operaciones lo forman personas con discapacidad intelectual formadas y capacitadas que hacen un trabajo sobresaliente. Ellos se encargan de mantener todas las máquinas que tenemos en los clientes, de atender sus necesidades, de que no les falte nada...
Eso en lo social. En lo ambiental, ya he explicado antes que trabajamos con cafés cultivados en sombra, en zonas sin deforestar. Siempre es café en grano/molido, nada de cápsulas. Hacemos los repartos a las empresas a pie o en transporte público. Y siempre en envases reutilizables, no usamos bolsas de café. Dejamos envases llenos de café que luego retiramos vacíos y volvemos a poner en circulación una vez limpios.
¿A quién va dirigido Filantrópico? ¿Vendéis café, cafeteras...? Cuéntanos cómo es el modelo de venta que tenéis.
Ahora mismo el 95 % de los clientes son empresas, principalmente oficinas. Les ponemos las máquinas en cesión, sin que paguen por ellas y les cobramos por taza consumida a final del mes.
El consumo mínimo para que pongamos las máquinas gratis son 15 tazas/día laborable (224 días al año).
Cuánto puede crecer Filantrópico y qué planes tienes para el proyecto. ¿Nos puedes compartir algunas cifras actuales como cantidades de café, o número de clientes o lo que quieras y puedas compartir?
Ahora mismo servimos 3000 tazas al día a nuestros cerca de 50 clientes en Madrid y Barcelona. Esperamos crecer mucho, mucho, mucho. Las perspectivas son muy buenas porque en dos años hemos ido sumando clientes de forma consistente y todos siguen con nosotros, encantados por el proyecto social, por la sostenibilidad y por el café. Una tasa de fidelidad del 100 % es algo que nos pone contentos ¿hay mejor feedback?
Tenemos como clientes a marcas muy conocidas. A la gente le sorprendería que verdaderamente tienen fuertes inquietudes sociales y ambientales y que quieren ayudar y ser útiles para provocar cambios como el que Filantrópico propone. Tenemos como clientes a famosas empresas del sector de la moda de lujo, banca de inversión, despachos, consultoras, farmas, aseguradoras, agencias de publicidad y medios, radio y prensa, inteligencia artificial, software, fondos de inversión...
Os animamos a todos a sumar vuestras tazas, las de vuestras oficinas. Porque a particulares de momento no vendemos porque no tenemos un sistema que nos permita recuperar los envases y evitar la huella de carbono que generan los envíos fuera de nuestras dos provincias de referencia que son Madrid y Barcelona.
Muchas gracias a Javier Sanz por explicarnos con detalle el proyecto Filantropico.es
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Hasta pronto,
Ignacio de Miguel
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